La idea en sí es muy sencilla y muy fácil de hacer: sólo necesitamos unos palillos (que pueden ser mondadientes o palos de brocheta o incluso pajitas para beber o bolígrafos), nuestros adhesivos decorados favoritos y un cordel. Y una tijera para recortar las banderolas, claro.
La forma de los banderines la haremos a nuestro gusto: puede ser en forma de triángulo, en forma de W, rectangulares, con formas de corazón, letras, números o notas musicales, o lo asimétricos que queramos.
Cortamos un trozo de cinta japonesa, lo colocamos sobre el palillo o cordel que queramos decorar, lo pegamos sobre sí mismo y listo, ya tenemos nuestro primer banderín. Sólo queda repetir la operación las veces que queramos.
Después sólo queda usar nuestros banderines para decorar todo aquello que queramos, como tarjetas de felicitación, paquetes de regalo, tartas y cupcakes, o cualquier otra cosa que se te ocurra.
Y no olvides que puedes improvisar y ser todo lo original que se te ocurra!
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